PRIMERA LEY DE LA
TERMODINÁMICA
CONSERVACIÓN DE LA ENERGÍA Y TERMODINÁMICA
Dentro de los sistemas termodinámicos, una consecuencia de
la ley de conservación de la energía es la llamada primera ley de la
termodinámica, la cual establece que, al suministrar una determinada cantidad
de calor (Q) a un sistema, esta cantidad de energía será igual a la diferencia
del incremento de la energía interna del sistema (ΔU) menos el trabajo (W)
efectuado por el sistema sobre sus alrededores:

Aunque la energía no se pierde, se degrada de acuerdo con la
segunda ley de la termodinámica. En un proceso irreversible, la entropía de un
sistema aislado aumenta y no es posible devolverlo al estado termodinámico
físico anterior. Así un sistema físico aislado puede cambiar su estado a otro
con la misma energía pero con dicha energía en una forma menos aprovechable.
Por ejemplo, un movimiento con fricción es un proceso irreversible por el cual
se convierte energía mecánica en energía térmica. Esa energía térmica no puede
convertirse en su totalidad en energía mecánica de nuevo ya que, como el
proceso opuesto no es espontáneo, es necesario aportar energía extra para que
se produzca en el sentido contrario.
Desde un punto de vista cotidiano, las máquinas y los
procesos desarrollados por el hombre funcionan con un rendimiento menor al
100%, lo que se traduce en pérdidas de energía y por lo tanto también de
recursos económicos o materiales. Como se decía anteriormente, esto no debe
interpretarse como un incumplimiento del principio enunciado sino como una
transformación "irremediable" de la energía.
EL PRINCIPIO EN MECÁNICA CLÁSICA
En
mecánica lagrangiana la conservación de la energía es una consecuencia del
teorema de Noether cuando el lagrangiano no depende explícitamente del tiempo.
El teorema de Noether asegura que cuando se tiene un lagrangiano independiente
del tiempo, y por tanto, existe un grupo uniparamétrico de traslaciones
temporales o simetría, puede construirse una magnitud formada a partir del lagrangiano
que permanece constante a lo largo de la evolución temporal del sistema, esa
magnitud es conocida como hamiltoniano del sistema. Si además, la energía cinética es una función
sólo del cuadrado de las velocidades generalizadas (o lo que es equivalente a
que los vínculos en el sistema sean esclerónomos, o sea, independientes del
tiempo), puede demostrarse que el hamiltoniano en ese caso coincide con la
energía mecánica del sistema, que en tal caso se conserva.
En
mecánica newtoniana el principio de conservación de la energía, no puede
derivarse de un principio tan elegante como el teorema de Noether, pero puede
comprobarse directamente para ciertos sistemas simples de partículas en el caso
de que todas las fuerzas deriven de un potencial, el caso más simple es el de
un sistema de partículas puntuales que interactúan a distancia de modo
instantáneo.
PRIMERA LEY DE LA
TERMODINÁMICA
También conocida como principio de conservación de la
energía para la termodinámica, establece que si se realiza trabajo sobre un
sistema o bien éste intercambia calor con otro, la energía interna del sistema
cambiará.
Visto de otra forma, esta ley permite definir el calor como
la energía necesaria que debe intercambiar el sistema para compensar las
diferencias entre trabajo y energía interna. Fue propuesta por Nicolas Léonard
Sadi Carnot en 1824, en su obra Reflexiones sobre la potencia motriz del fuego
y sobre las máquinas adecuadas para desarrollar esta potencia, en la que expuso
los dos primeros principios de la termodinámica. Esta obra fue incomprendida
por los científicos de su época, y más tarde fue utilizada por Rudolf Clausius
y Lord Kelvin para formular, de una manera matemática, las bases de la
termodinámica.
La ecuación general de la conservación de la energía es la
siguiente:
Que aplicada a la termodinámica teniendo en cuenta el
criterio de signos termodinámico, queda de la forma:
Donde U es la energía interna del sistema (aislado), Q es la
cantidad de calor aportado al sistema y W es el trabajo realizado por el
sistema.
Esta última expresión es igual de frecuente encontrarla en
la forma ∆U = Q + W. Ambas expresiones, aparentemente contradictorias, son
correctas y su diferencia está en que se aplique el convenio de signos IUPAC o
el Tradicional
No hay comentarios.:
Publicar un comentario